martes, 20 de diciembre de 2011

La muerte de Kim Jong IL y el futuro de Corea del Norte

A pocos días de anunciada la muerte del Presidente de Corea del Norte Kim Jong IL como causa de una posible fatiga que provocó un ataque al corazón (como lo anuncian los medios de ese país), ha marcado en este 2011 uno de los acontecimientos más importantes en materia política – militar especialmente para dos de sus vecinos más cercanos, Corea del Sur y Japón, y para otros países en la Cuenca del Pacífico, especialmente los Estados Unidos, que han visto en Corea del Norte una amenaza nuclear.   

Algunos datos históricos. Kim Jon IL ingresó en las filas del Partido de los Trabajadores (PTC) el 22 de julio de 1961 en medio de un multitudinario acto. Comenzó a escalar posiciones en el partido tras su graduación: fungió primero como instructor, luego jefe de sección, subjefe y jefe del departamento del Comité Central (CC) del PTC, en un período que va de junio de 1964 a septiembre de 1973. Fue electo miembro del CC del Partido en octubre de 1972 y secretario del CC en septiembre de 1973. Fue designado como miembro del Comité Político del CC y sucesor de Kim Il Sung en febrero de 1974.   Desde 1982 hasta el 2003 ejerció el cargo de Diputado de la Suprema Asamblea del Pueblo. Durante ese periodo empezó a ser conocido como “Querido Líder” y se inició a construir sobre él un importante culto de personalidad. De esta manera surgió con un gran poder detrás de su padre, y como el próximo líder para asumir la causa revolucionaria en Corea del Norte.

Como el Ejército es el verdadero centro de poder en Corea del Norte, este era un paso fundamental para Kim Jong IL y en 1991 fue nombrado Comandante Supremo del Ejército de Corea del Norte. A pesar de su carencia en el servicio militar, el veterano Ministro de Defensa Ah Jin-wu, uno de los subordinados más leales de Kim Il-sung, procuró la aceptación de Kim Jong-il en el entramado del Ejército como el siguiente líder de la República Democrática Popular de Corea. Kim Jong IL asume el poder en el año 1994, una vez muerto su padre Kim IL Sung a los 82 años.   

La historia en la asunción del poder en Corea del Norte se repite casi 17 años después, el sucesor de Kim Jong IL es su hijo Kim Jong-Un. Al igual que en 1994  Jong-Un es visto como el “Gran Sucesor” y aún apenas con experiencia política ya desde hace tres años atrás se había integrado completamente a las actividades del partido y del Ejército. Desde su ascenso a general de cuatro estrellas en septiembre de 2010 y su posterior inclusión en la cúpula de poder quedó claro que su padre, Kim Jong IL, prácticamente lo había declarado su "príncipe heredero".

El Futuro de Corea del Norte: Ámbito Externo e Interno. Internamente a pesar de que Kim Jong IL demostraba asombro por la forma en la que la República Popular de China ha logrado en los últimos años importantes mejoras en materia económica, comercial y social, era evidente que dentro de su país no lo consideraba relevante. Seguir el modelo de los chinos no estaba en su agenda, y la política económica, comercial y social fuertemente planificada era su primordial objetivo. El país mantiene altos índices de pobreza y una fuerte política de aislamiento, y parece ser que la alta inversión en el sector militar es una importante estrategia de defensa del país del resto del mundo. Esto ha sido un elemento clave de la política interna del ya fallecido Kim Jong IL.

El sector económico, comercial y social no es una  prioridad en un país donde el Ejército tiene el poder. El que el Ejército este bien, y quienes se relacionan con éste, parece ser la única forma de sobrevivir a un sistema cerrado herméticamente. No es extraño ver a tantos pobladores llorando su partida,  son ellos y ellas sus fieles seguidores y quienes han aprendido a sobrevivir apegados a un mecanismo militar. Si se pudiese ser más crudo ante esta realidad diría que “se está dentro del Ejército porque fuera de éste no existe”.

Externamente, durante el periodo de Kim Jong IL los cercamientos con Corea del Sur, para lograr mejorar las relaciones entre ambos, parecían ser los indicados sin embargo nunca se logró concretar los programas de cooperación entre ambos, especialmente aquellos que tenían que ver con la reducción del armamento nuclear por un lado y los programas económicos, comerciales y sociales por otro lado.

Entre Estados Unidos y Corea del Norte la relación fue igualmente difícil. Durante la administración de Bill Clinton, la Secretaria de Estado Madeleine Albright visitó Pyongyang (2000), y consiguió la promesa de Kim que la República Democrática Popular de Corea no continuaría con su programa nuclear si EEUU accedía a suministrar a Corea del Norte otros medios energéticos. Este trato nunca se llevó a cabo: la República Democrática Popular de Corea siguió desarrollando capacidades nucleares, y EEUU nunca pagó un sustituto de la energía nuclear. La administración de George W. Bush adoptó una postura más dura hacia el país, y lo declaró como parte del Eje del mal, junto con Irán e Irak. En el 2007, Kim firmó el Acuerdo sobre la Declaración de Paz y Prosperidad con Corea del Sur.

Kim Jong-Un: Futuro inmediato. A pesar que la comunidad internacional ve cambios importantes tras la muerte de Kim Jong IL, estos no serán más allá de una importante inyección de energía a un sistema que ya por sí mismo es funcional.  La llegada de Kim Jong-Un no traerá cambios radicales en materia económica, política, social, comercial, por el contrario, el régimen tiende a fortalecerse y si la historia es elocuente, pasará Jong-Un muchísimos años en el poder bajo la misma dinámica que tuvo su abuelo Kim IL Sung, y su padre Kim Jong IL.  El poder en Corea del Norte está en manos del Ejército y si este logra extenderse por todo el país, como lo ha hecho durante todo este tiempo, asegura su permanencia.

A pesar de su juventud, Kim Jong-Un tiene el respaldo del Ejército, ha sido recientemente condecorado y se perfila como el nuevo “Querido Lider” de Corea del Norte. Su juventud tampoco asegura que sea un seguidor fiel del modelo económico actual, mucho menos podríamos estar seguros de que pueda entender que la sociedad norcoreana necesite mejores condiciones de vida. La juventud no asegura los cambios, especialmente cuando se viven entre grandes palacios, grandes riquezas y el poder para mantener el control.

En conclusión, los cambios en Corea del Norte no parecen ser claros, mantener la línea fuerte es la regla y para eso ha trabajado el Ejército durante toda su existencia. La sucesión en el poder era evidente desde hace ya 3 años y este cambio implica un importante insumo de energía para el sistema, el cual continuará manteniendo su postura a nivel interno, y a escala internacional.  Habría que esperar los movimientos que realicen las otras piezas del “ajedrez”. Recordemos que actualmente asume Jong-Un pero detrás de él hay toda una maquinaria militar que no solo le respalda sino que han sido fundamentales para que el ya fallecido Jong IL lograse mantener en vilo a la comunidad internacional. Estoy seguro no será la excepción con Jong-Un.

martes, 6 de diciembre de 2011

Alianza del Pacífico e Integración en América Latina: Oportunidades para Centroamérica

Las nuevas corrientes económicas y comerciales no se hacen esperar en América Latina, y la Alianza del Pacífico es claramente una estrategia de altos quilates y reta, definitivamente, la posición TPP (Trans Pacific Partnership) propuesto por Barack Obama,  Presidente de Estados Unidos en el Foro de líderes de APEC en noviembre pasado en Honolulu, Hawai.

Las cuatro economías que integran este proceso ya avanzando son Chile, Perú, México y Colombia, y se espera la pronta incorporación de Panamá. En promedio estas economías de la Alianza  podrían crecer alrededor del 4,6 % en 2012, frente al 0 % de Europa -en el mejor de los escenarios- y un desempeño modesto de EE.UU.

Algunos avances se han dado de mucha importancia en el fortalecimiento de la Alianza entre estos la "Declaración de Mérida"  que establece la creación de un comité conjunto para la promoción del comercio de servicios e inversión y el compromiso de impulsar la colaboración en medio ambiente, innovación científica y tecnológica. Los países socios también adoptaron las guías de requisitos para la movilidad de personas de negocios y la facilitación del tránsito migratorio, y acordaron establecer en un plazo de tres meses una visa de la Alianza del Pacífico para facilitar el tránsito de sus ciudadanos.

Qué importancia implica esta Alianza para el resto de países latinoamericanos, especialmente Centroamérica? Sin lugar a dudas los países promotores de esta iniciativa son importantes actores dentro del sector económico y comercial de América Latina y a escala global tienen importante peso, especialmente a la cabeza con Chile y México. A excepción de Colombia, los otros tres países son economías que integran la APEC y esto les convierte en un importante grupo.

El resto de países de América Latina, a excepción de Brasil con un importante rol no solo en la Región sino a nivel mundial, necesitan integrarse rápidamente a este tipo de acciones. Panamá ya hace su acercamiento y también lo deberían evaluar otras economías de la región. Sin lugar a dudas la Alianza podría brindar grandes oportunidades a futuro y su contrapeso con otras regiones del mundo, especialmente Asia, hacen de este proceso un espacio de alto interés  estratégico para economías que han ido quedando rezagadas en materia comercial, económica y financiera. No solo se discute el tema de comercio, sino también el objetivo de lograr  establecer una zona que asegure la estabilidad de la región ante un mundo complejo que enfrenta actualmente graves problemas en diferentes campos.

Este es un momento fundamental para que economías como las centroamericanas logren enrolarse en un grupo que promete y que se erige como una iniciativa de altos quilates dentro de la Región del Pacífico. Ya ha sido Obama el que ha planteado la idea de un TPP, sin embargo este deja fuera de posibilidades a una región como Centroamérica, su objetivo está enfocado en Asia y las economías fuertes de América Latina enroladas en la APEC

Ahora nace la Alianza del Pacífico, con un mercado de más de 200 millones de personas y que sin lugar a dudas generará importantes beneficios futuros para sus integrantes.     

En el caso de Centroamérica, la madurez es fundamental en este tipo de posiciones sin embargo,  sus líderes políticos han estado ayunos de esta para poder discutir posiciones conjuntas ante procesos como los de la Alianza del Pacífico. Ya se está escapando Panamá y conforme pasa el tiempo las solicitudes irán de manera individual. La Alianza se presenta como un  espacio fundamental para decirle al mundo del importante protagonismo que tiene la región centroamericana en el comercio de América Latina. Sin embargo, vaticinar el futuro es muy fácil y con plena seguridad puedo indicar que una posición conjunta no llegará.

Aprendamos del Sudeste de Asia que ante eventos como estos, a pesar de sus diferencias religiosas, idiomáticas, políticas, y arduas luchas durante tantos años en el pasado, hoy se erigen como un grupo de países, integrados, bien amarrados y con posiciones conjuntas que contribuyen al desarrollo de todos sus integrantes.

Finalmente, debemos considerar muy pronto y de manera conjunta ser parte de la Alianza del Pacífico, Centroamérica representa un mercado de alrededor de 47 millones de personas. Podría sumar en mucho a ese importante bloque que nace con tanta fuerza, de eso no cabe duda.    

Asia y el Proceso de Integración: un conductor del desarrollo social?

El proceso de integración en Asia ha sido más exitoso para unas sub regiones que para otras. No cabe duda que el éxito ha estado centrado en el Este de Asia (Japón, Corea del sur y China), El Sudeste de Asia (especialmente Singapur, Malasia, Tailandia, Indonesia). De alguna manera califico este proceso exitoso en estas subregiones debido que están integradas por economías que han marcado diferencia dentro de la región  El menor éxito ha sido para sub-regiones como el Sur y el Centro de Asia. En el Sur de Asia se encuentra la India que actualmente es la economía más pujante de esa región pero que aún en materia social el país no logra alcanzar niveles importantes.

De esta manera, las iniciativas de integración regional en Asia son importantes y enfocadas al tema de la liberalización del comercio y los acuerdos de cooperación en inversión, pero rara vez han sido contextualizados en términos de objetivos de desarrollo como la creación de empleo y reducción de la pobreza, especialmente en el Sur y el Centro de Asia.

Esto es posiblemente debido a la falta de comprensión adecuada de las formas en que la integración regional del comercio y la inversión podrían promover mejores resultados en desarrollo social. Esta situación ha sido particularmente importante en las zonas pobres como los del sur de Asia. Si los resultados del desarrollo se pretenden alcanzar con la apertura comercial y el aumento de la inversión, el vínculo entre la integración regional y el empleo deben ser un elemento central del proceso.

Promover el comercio a través de las mejoras en acceso a mercados, promoción de empresas comerciales conjuntas, la disminución de los costos de transacción a través de la facilitación del comercio, y las mejoras en el desarrollo y la transferencia de conocimientos y la tecnología definitivamente producirán aumentos en el comercio y la integración regional y debería haber también un significante aumento en el empleo. Todas estas medidas para mejorar la capacidad de crecer de las industrias de exportación, y sobre todo, a especializarse en una región - el aumento de las posibilidades de aprovechar las economías de escala potenciales- deberán producir a mediano y largo plazo un importante impacto en la creación de más y mejores empleos y más importante aún un mejoramiento sustancial en los índices sociales de la región, especialmente en el Sur y Centro de Asia.

La eliminación de las barreras al comercio también produciría efectos importantes en la generación de empleo. Por ejemplo, una reducción de los aranceles significa un mayor acceso a los mercados a los países miembros, que produce dos resultados. En primer lugar, crecimiento de las exportaciones.  En segundo lugar, el acceso a los mercados producirá economías de escala debido al proceso de especialización de la producción que podría darse en todos los países. Estas economías de escala implican la reducción de costes y aumentan la competitividad del producto en general. Los efectos de la desviación del comercio a corto plazo, si los hubiere, serán compensados ​​en el largo plazo por este aumento de la competitividad y el crecimiento de las exportaciones y la generación de empleo que esto produciría en el tiempo.

Entre países los flujos de inversión también pueden fortalecer los vínculos entre comercio y la inversión. Si la política de inversión en este contexto se centra en la especialización en toda la región, y la integración vertical en los países miembros específicos, mayores ganancias en términos de mayores flujos de comercio e inversión pueden promover una mayor generación de empleo. En esencia, esto puede significar la distribución de las diferentes etapas de la producción en una industria en particular regional.

Finalmente, el vínculo entre la apertura comercial y el empleo pueden ser examinadas a través de los efectos sobre la productividad laboral. La productividad  del trabajo se puede medir a partir del aumento de una mayor demanda de trabajo sin embargo, depende en mucho de las posibilidades de expansión de las economías de escala que podrían generarse si realmente se promueven verdaderos objetivos de integración y desarrollo social.  Por lo tanto, la expansión de las economías de escala se convierte en una variable crucial en la generación de efectos positivos en el empleo. Esto significa una muy importante iniciativa que trae aparejado un proceso de integración regional con sentido social. Aquel que garantice un mayor acceso de mercado y más posibilidades futuras de aumento de economías de  escala que son esenciales para generar empleo. La Inversión Extranjera Directa distribuida a partir de redes especializadas de producción regional podría ser esencial para la mejora del empleo, aumentar los ingresos y alcanzar mejores resultados de desarrollo a futuro en Asia.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Trans Pacific Partnership Trade Agreement: Estados Unidos y Asia-Pacífico

Definitivamente la iniciativa presentada por el Presidente de los Estados Unidos Barack Obama no refleja más que una ardua lucha por mantener la hegemonía política,  económica y comercial en la Cuenca del Pacífico.  Antes del encuentro de los líderes de  APEC en Honolulu el Presidente Obama realizó importantes viajes a países de la cuenca del pacífico, uno tuvo especial relevancia y fue la visita Australia, donde dejó clara evidencia de la importancia que tiene este espacio en las pretensiones políticas,  económicas y comerciales del país del Norte. Porqué Australia? Este país, además de tener un gran poder económico es un importante aliado para los Estados Unidos y se encuentra ubicado en una región altamente estratégica debido a su cercanía con los poderosos países del este y el sur este de Asia.

En fin, con visita o no Australia, lo presentado por Obama ante la cumbre de líderes de APEC refleja enteramente el interés de mantener su hegemonía en una zona donde se gestan los más importantes procesos políticos, económicos, comerciales y financieros actuales, especialmente impulsados por la gran dinámica que China ha logrado en los últimos años en todos los campos de acción.    

Sin embargo, muchas preguntas surgen en este proceso y dos son sumamente importantes: Primero, estarán de acuerdo muchos de los países de Asia en seguir apoyando la hegemonía que los Estados Unidos hasta la fecha mantiene en la región? Si bien la respuesta no es definitiva, muy posiblemente sí, y es que a pesar de que se discute muchísimo sobre la pérdida de hegemonía política, económica y comercial de los Estados Unidos en la región asiática, lo cierto es que podría tratarse de una percepción errada debido a que muchos países de la región especialmente del Sudeste de Asia (Malasia, Singapur, Indonesia, Brunei, Tailandia, Cambodia, Vietnam); del Este de Asia como Japón y Corea del Norte; del Sur de Asia como la India; y otros, aunque no pertenecen a Asia pero que se encuentran cerca de la región como lo son Nueva Zelanda y Australia, siguen considerando la importancia de mantener a un país como Estados Unidos como su principal aliado.

Otra pregunta importante que surge es: dejarán esos mismos países de seguir lo bueno que hace China actualmente, el milagro de la economía China, por apoyar otros intereses en la región, especialmente los de Estados Unidos? La respuesta no es fácil, pero muchas razones existen y dibujarán de buena forma un posible “no” (diplomático) de estos países ante tales propuesta en ambos bandos.  En el caso de la República Popular de China y el resto de países de la región asiática con la inclusión de Australia y Nueva Zelanda en los últimos años se han hecho, y se siguen haciendo, importantes esfuerzo por estrechar y fortalecer los lazos políticos, económicos, comerciales, financieros y hasta sociales entre estos. Grandes e importantes acuerdos se han erigido en la región, por ejemplo el “Free Trade Agreement China-ASEAN”, el “New Zealand-Australia-ASEAN Free Trade Agreement, NAAFTA”, la ASEAN+3 (incluye tanto a las 10 economías que conforman la ASEAN además de China, Japón y Corea del Sur) y otros que en un futuro cercano se fortalecerán como la Asociación de Cooperación del Sur de Asia y la posible Asociación de Países de Asia Central.  Estos podría considerarse como importantes esfuerzos en la búsqueda conjunta de mejores procesos de integración regional que tanta falta han hecho en una región que por tantos años estuvo ayuna de procesos de esta magnitud. Sin duda alguna esto ha ido restando espacio a la injerencia que otras economías fuertes del orbe, como Estados Unidos, han tenido sobre la región, y es ahí donde precisamente ha habido una pérdida de poder y un margen de maniobra  importante bajo un proceso normal de los tiempos actuales.

Estados Unidos propone el “Trans-Pacific Partnership Trade Agreement” (PTT) como una manera de alterar el orden normal dentro de la APEC y con esto lograr ganar posicionamiento. De cierta manera logró llamar la atención, no solo de sus aliados en este PTT sino de otros países como Japón y China, países que están estudiando las posibilidades de ser partes de esta propuesta. De momento los países que han dado el visto bueno a este acuerdo son: Australia, Nueva Zelanda, Perú, Chile, Malasia, Vietnam, Singapur y Brunei. En total nueve economías incluyendo a Estados Unidos.  El Acuerdo podría encerrar cerca del 18% del comercio total mundial y cerca de un 23% del PIB mundial.

Algunos puntos importantes en forma conclusiva se pueden destacar:

1.    Serán parte de este proceso países como China, Japón, Corea del Sur (dentro del marco de la APEC)?. Eso está por verse, especialmente porque a nivel de la región asiática ya muchos de los países involucrados mantienen acuerdos comerciales, acuerdos de cooperación económica y social, lo que podría reducir las posibilidades al PTT de consolidarse como una importante herramienta en el campo económico y comercial.
2.    Definitivamente el PTT es una carrera estratégica por parte de Obama para que Estados Unidos pueda mantener su presencia en Asia, mantener su status de país fuerte y poder ganar espacios en una región donde cada vez es menos posible mantener la hegemonía para esos países que en algún momento la tuvieron. Como lo explico antes, Estados Unidos sigue siendo importante para muchos países de Asia pero no por mucho tiempo. Los intereses políticos, económícos, comerciales y financieros están abriendo nuevos caminos y estos, se erigen en la misma Asia.       
3.    Hasta que nivel el PTT no está siendo conducido de manera paralela con la APEC. Ya algunos líderes lo han dejado entrever, especialmente por el temor existente que a futuro en el seno de la APEC, las discusiones más importantes sean sobre los avances del PTT y no de los objetivos propuestos por APEC. Especialmente los tomados en Bogor.

Esperemos con ansias el avance en las conversaciones del PTT y la fuerza que Estados Unidos en la persona del Presidente Barack Obama pueda dar a este intento por lograr mantener en la Cuenca del Pacífico una hegemonía política, económica, comercial y financiera que ha ido cediendo poco a poco a las nuevas potencias que se erigen en Asia.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Asia y América Latina: Comercio Agrícola

A través del website en los últimos días he recibido de personas de algunos países de América Latina solicitudes con preguntas sobre las oportunidades de muchos países de esa Región en Asia. Especiales inquietudes de muchos países centroamericanos sobre que fortalezas, oportunidades, debilidades o amenazas en temas de Economía y Comercio enfrenta la región en Asia. 
Muchos sectores económicos de una mayoría de las economías latinoamericanas tienen más desafíos que grandes oportunidades en Asia. En este foro hoy considero generalmente el sector agrícola como ejemplo de esa situación difícil. De igual forma se considerarán otros sectores como servicios de turismo, alta tecnología, etc., en futuros espacios.
Hace aproximadamente 3 meses, durante una semana tuve la dicha de estar en la “Conferencia Anual de la ASEAN – China” realizada en Kuala Lumpur, Malasia. En esta Conferencia Anual se discutieron muchísimos temas comerciales con especial énfasis en las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas dentro de la Región de la ASEAN y el Comercio con China. Muchos temas fueron los fundamentales, sin embargo, en este primer caso hacemos referencia al agrícola.
El comercio agrícola es de mucha valía a nivel de la ASEAN+3 (China, Corea del Sur y Japón). Con muy bajos costos de transporte, muchísima mano de obra, actividades productivas altamente tecnificadas, entre otras, el sector genera más réditos y grandes oportunidades a los mismos países de la región. Dentro de esta zona, el comercio agrícola ha tenido mucho peso en la balanza comercial si se compara con lo transado, en el mismo sector, entre la ASEAN+3 y la región de Centroamérica, tan solo por citar un ejemplo. No hay que cruzar el Pacífico, mencionó alguien en la Conferencia,  para conseguir cualquier tipo de verduras y frutas[1]. Países con basto terreno como Malasia, Indonesia, Las Filipinas, o bien, el Área del Gran Mekóng con países como Tailandia, Cambodia, Vietnam, Myanmar y Laos, contribuyen a esa fundamental actividad productiva que produce  un importante comercio entre los países de la ASEAN+3.
Sumado a lo anterior, hay desafíos importantes para el acceso al mercado agrícola asiático en el caso de  muchos de los países de América Latina, especialmente los centroamericanos. Entre estos podemos mencionar:
·         La situación climatológica permite producir los mismos productos. Climas altamente similares.
·         Extensiones de terrenos con mucha capacidad productiva en la gran mayoría de países de la ASEAN (sin considerar Asia del Sur y Centro de Asia).
·         Bajos costos de: mano obra, transporte y productivos.
·         Alta tecnificación de las actividades productivas
·         Importante comercio agrícola intrarregional. El Acuerdo de Libre Comercio entre los países de ASEAN y China ha sido sumamente exitoso en este y otros sectores productivos.  
·         Importantes programas de ayuda en el campo técnico y financiero. Especialmente como una forma de robustecer el sector considerando que es un baluarte fundamental en la seguridad alimentaria regional.
·         Certificados comerciales como el “Sello Halal” que producen en cierta medida un importante obstáculo técnico en el comercio de productos, especialmente en aquellos países de Asia de corte Musulmán.
Dos importantes caminos se pueden presentar. Primero, podríamos lograr importantes cuotas de mercado agrícola si y si solo si logramos tecnificar nuestra producción y generar productos agrícolas altamente diferenciados, con mayor valor agregado y de tal forma se pueda lograr el acceso a nichos de mercados más exclusivos y que puedan pagar más precio por ese producto final. Esto por cuanto si se ponen a competir nuestro bananos, piñas, melones, sandias, flores, o bien las papas, los tomates y muchos otros productos, que se producen también en Asia, al final del camino importantes pérdidas podrían aparecer, especialmente porque en algunos casos los altos costos de transporte, o bien los altos costos productivos con los que cuentan muchas de las economías latinoamericanas y especialmente las de la región de Centroamérica no permitiría una competencia más fuerte en esos y otros productos producidos en Asia.
Segundo, la situación actual sobre el acelerado crecimiento de estos países asiáticos en sectores como el de alta tecnología, servicios turísticos y financieros, etc, sin duda alguna a futuro hará que la capacidad productiva en el sector agrícola ceda espacio a esos nuevos sectores en esa región. Siendo de esta forma, y en dado caso que sean muchas de las economías de América Latina, especialmente de Centroamérica las que deban asumir ese rol de proveedores de productos agrícolas en los mercados asiáticos representaría una importante oportunidad pero también sería un indicador muy importante relacionado con el nada o poco cambio de las economías de la región hacia nuevos esquemas de desarrollo con sectores como el de alta tecnología convertidos en dinamizadores económicos.
Finalmente, los desafíos-retos son más grandes y en mayor cantidad que las oportunidades. El cómo, el qué y el porqué del acceso al mercado al mercado agrícola asiático por parte de muchas economías latinas y especialmente las de Centroamérica es una tarea nada fácil de atender. Sin embargo, si existe una verdadera investigación de mercados, si existen planificación y políticas serias sobre este tema, podríamos ir viendo al final del camino más oportunidades para el sector agrícola y sus productos en el mercado asiático.   
    


[1] El Sudeste de Asia tiene muchísima similitud con el Clima de América Central. Eso los hace producir productos similares y en importantes cantidades.