Durante muchos años
diferentes instituciones internacionales, escritores, académicos y otros
estudiosos sobre la región asiática han denominado el proceso de crecimiento de
estos países como un “milagro”. Una palabra que no refleja bien la situación
real vivida en esta región y que más bien tiende a desacreditar la verdadera
planificación que estos países asiáticos han desarrollado para lograr ubicarse
en los últimos 20 años en el top de las economías más importantes a escala
global.
Uno de los motores del desarrollo y crecimiento económico en Asia. El comercio internacional ha jugado un papel fundamental para que las economías asiáticas logren alcanzar índices de crecimiento muy positivos en los últimos 20 años. Fuente: http://noticias.lainformacion.com/politica/senado-y-camara-de-diputados/el-gobierno-chino-fija-un-objetivo-de-crecimiento-del-7-5-por-ciento-para-2012_pnwkkBCfvfnJPL5KRaH4l7/ |
En Asia, el modelo
económico establecido ha respondido más a las necesidades reales de las
economías que a la imposición de medidas externas como sucedió en muchos
países, especialmente de América Latina y Africa. En Asia, como bien lo anotan Groenewegen,
Spithoven y Van Der Berg (2010), el modelo se fundó en Japón (especialmente
dentro del periodo 1960-2000), y ha sido seguido por los llamados cuatro tigres
(República de Corea del Sur, Taiwán, Singapur y Hong Honk), además de Malasia,
Indonesia, Vietnam, entre otros. El Estado juega un papel más importante en
iniciar y dirigir el desarrollo de la estructura económica que en el caso del
modelo continental europeo o el modelo anglosajón implementado en América. De la
misma forma, el Gobierno tiene un papel central de coordinación, asimismo,
tiene un rol fundamental dentro del “asiento del conductor”, iniciando la
formulación de objetivos a largo plazo introducidos en el Plan Nacional, según
lo planteado para alcanzar el desarrollo deseado de la estructura de la
economía. Se reconoce que el mercado y los actores privados desempeñan un papel
central en el nivel micro, pero sus actividades se insertan en una visión de
Estado del futuro, conducido por éste y no por las fuerzas del mercado. El
gobierno tiene instrumentos eficaces para la inversión directa y la burocracia
que guía el proceso, además de estar bien informado y muy altamente
cualificados.
Desde 1960 a la
fecha, con otros países asiáticos siguiendo este modelo, no es conveniente
calificar de milagroso el crecimiento de una región que ha logrado su condición
actual gracias a la planificación e implementación de un modelo económico que
le ha permitido alcanzar sus objetivos en materia económica y social. El
calificativo “milagroso” esconde sobremanera las buenas prácticas que estos
países han implementado y por el contrario, hace ver lo alcanzado a la fecha
por países como Corea del Sur, Japón, China, Singapur, Malasia, Vietnan, etc., como
resultados más relacionados a proezas milagrosas que de trabajo planificado de
largo plazo, con un importante rol del Estado en la obtención de objetivos.
Importantes influjos de IED ha habido en la región, lo que ha ayudado a mejorar los índices de empleo. Más y mejores empleos, más y mejores estructuras productivas, más y mejor infraestrctura física. Fuente: http://www.google.es |
Algunas
características han sido denotadas, quizás los más importantes, las que muestra
en términos generales el importante rol del Estado en el “asiento del conductor”
para lograr consolidar las metas económicas, sociales, ambientales, entre otras.
El modelo asiático pregona la importancia del sector privado pero siempre y
cuando adopte las condiciones que los Estados promulgan y acordes con las metas
que se tienen en el Plan Nacional. Hemos visto ejemplos de este proceso en
Corea del Sur, China, Japón, Singapur y Malasia.
Es importante reconocer que los asiáticos no han trabajado a base de milagros, sino que lo han hecho a base de políticas planificadas que han generado con el tiempo los resultados propuestos. Finalmente, este es el primero de una serie de artículos que mostrarán elementos específicos que ayudarán a entender más profundamente lo hecho por algunos países de esta región y serán importantes para demostrar el trabajo por años que han seguido. El objetivo es claro: convertir sus economías en las más prósperas del mundo actual.
Es importante reconocer que los asiáticos no han trabajado a base de milagros, sino que lo han hecho a base de políticas planificadas que han generado con el tiempo los resultados propuestos. Finalmente, este es el primero de una serie de artículos que mostrarán elementos específicos que ayudarán a entender más profundamente lo hecho por algunos países de esta región y serán importantes para demostrar el trabajo por años que han seguido. El objetivo es claro: convertir sus economías en las más prósperas del mundo actual.