martes, 20 de diciembre de 2011

La muerte de Kim Jong IL y el futuro de Corea del Norte

A pocos días de anunciada la muerte del Presidente de Corea del Norte Kim Jong IL como causa de una posible fatiga que provocó un ataque al corazón (como lo anuncian los medios de ese país), ha marcado en este 2011 uno de los acontecimientos más importantes en materia política – militar especialmente para dos de sus vecinos más cercanos, Corea del Sur y Japón, y para otros países en la Cuenca del Pacífico, especialmente los Estados Unidos, que han visto en Corea del Norte una amenaza nuclear.   

Algunos datos históricos. Kim Jon IL ingresó en las filas del Partido de los Trabajadores (PTC) el 22 de julio de 1961 en medio de un multitudinario acto. Comenzó a escalar posiciones en el partido tras su graduación: fungió primero como instructor, luego jefe de sección, subjefe y jefe del departamento del Comité Central (CC) del PTC, en un período que va de junio de 1964 a septiembre de 1973. Fue electo miembro del CC del Partido en octubre de 1972 y secretario del CC en septiembre de 1973. Fue designado como miembro del Comité Político del CC y sucesor de Kim Il Sung en febrero de 1974.   Desde 1982 hasta el 2003 ejerció el cargo de Diputado de la Suprema Asamblea del Pueblo. Durante ese periodo empezó a ser conocido como “Querido Líder” y se inició a construir sobre él un importante culto de personalidad. De esta manera surgió con un gran poder detrás de su padre, y como el próximo líder para asumir la causa revolucionaria en Corea del Norte.

Como el Ejército es el verdadero centro de poder en Corea del Norte, este era un paso fundamental para Kim Jong IL y en 1991 fue nombrado Comandante Supremo del Ejército de Corea del Norte. A pesar de su carencia en el servicio militar, el veterano Ministro de Defensa Ah Jin-wu, uno de los subordinados más leales de Kim Il-sung, procuró la aceptación de Kim Jong-il en el entramado del Ejército como el siguiente líder de la República Democrática Popular de Corea. Kim Jong IL asume el poder en el año 1994, una vez muerto su padre Kim IL Sung a los 82 años.   

La historia en la asunción del poder en Corea del Norte se repite casi 17 años después, el sucesor de Kim Jong IL es su hijo Kim Jong-Un. Al igual que en 1994  Jong-Un es visto como el “Gran Sucesor” y aún apenas con experiencia política ya desde hace tres años atrás se había integrado completamente a las actividades del partido y del Ejército. Desde su ascenso a general de cuatro estrellas en septiembre de 2010 y su posterior inclusión en la cúpula de poder quedó claro que su padre, Kim Jong IL, prácticamente lo había declarado su "príncipe heredero".

El Futuro de Corea del Norte: Ámbito Externo e Interno. Internamente a pesar de que Kim Jong IL demostraba asombro por la forma en la que la República Popular de China ha logrado en los últimos años importantes mejoras en materia económica, comercial y social, era evidente que dentro de su país no lo consideraba relevante. Seguir el modelo de los chinos no estaba en su agenda, y la política económica, comercial y social fuertemente planificada era su primordial objetivo. El país mantiene altos índices de pobreza y una fuerte política de aislamiento, y parece ser que la alta inversión en el sector militar es una importante estrategia de defensa del país del resto del mundo. Esto ha sido un elemento clave de la política interna del ya fallecido Kim Jong IL.

El sector económico, comercial y social no es una  prioridad en un país donde el Ejército tiene el poder. El que el Ejército este bien, y quienes se relacionan con éste, parece ser la única forma de sobrevivir a un sistema cerrado herméticamente. No es extraño ver a tantos pobladores llorando su partida,  son ellos y ellas sus fieles seguidores y quienes han aprendido a sobrevivir apegados a un mecanismo militar. Si se pudiese ser más crudo ante esta realidad diría que “se está dentro del Ejército porque fuera de éste no existe”.

Externamente, durante el periodo de Kim Jong IL los cercamientos con Corea del Sur, para lograr mejorar las relaciones entre ambos, parecían ser los indicados sin embargo nunca se logró concretar los programas de cooperación entre ambos, especialmente aquellos que tenían que ver con la reducción del armamento nuclear por un lado y los programas económicos, comerciales y sociales por otro lado.

Entre Estados Unidos y Corea del Norte la relación fue igualmente difícil. Durante la administración de Bill Clinton, la Secretaria de Estado Madeleine Albright visitó Pyongyang (2000), y consiguió la promesa de Kim que la República Democrática Popular de Corea no continuaría con su programa nuclear si EEUU accedía a suministrar a Corea del Norte otros medios energéticos. Este trato nunca se llevó a cabo: la República Democrática Popular de Corea siguió desarrollando capacidades nucleares, y EEUU nunca pagó un sustituto de la energía nuclear. La administración de George W. Bush adoptó una postura más dura hacia el país, y lo declaró como parte del Eje del mal, junto con Irán e Irak. En el 2007, Kim firmó el Acuerdo sobre la Declaración de Paz y Prosperidad con Corea del Sur.

Kim Jong-Un: Futuro inmediato. A pesar que la comunidad internacional ve cambios importantes tras la muerte de Kim Jong IL, estos no serán más allá de una importante inyección de energía a un sistema que ya por sí mismo es funcional.  La llegada de Kim Jong-Un no traerá cambios radicales en materia económica, política, social, comercial, por el contrario, el régimen tiende a fortalecerse y si la historia es elocuente, pasará Jong-Un muchísimos años en el poder bajo la misma dinámica que tuvo su abuelo Kim IL Sung, y su padre Kim Jong IL.  El poder en Corea del Norte está en manos del Ejército y si este logra extenderse por todo el país, como lo ha hecho durante todo este tiempo, asegura su permanencia.

A pesar de su juventud, Kim Jong-Un tiene el respaldo del Ejército, ha sido recientemente condecorado y se perfila como el nuevo “Querido Lider” de Corea del Norte. Su juventud tampoco asegura que sea un seguidor fiel del modelo económico actual, mucho menos podríamos estar seguros de que pueda entender que la sociedad norcoreana necesite mejores condiciones de vida. La juventud no asegura los cambios, especialmente cuando se viven entre grandes palacios, grandes riquezas y el poder para mantener el control.

En conclusión, los cambios en Corea del Norte no parecen ser claros, mantener la línea fuerte es la regla y para eso ha trabajado el Ejército durante toda su existencia. La sucesión en el poder era evidente desde hace ya 3 años y este cambio implica un importante insumo de energía para el sistema, el cual continuará manteniendo su postura a nivel interno, y a escala internacional.  Habría que esperar los movimientos que realicen las otras piezas del “ajedrez”. Recordemos que actualmente asume Jong-Un pero detrás de él hay toda una maquinaria militar que no solo le respalda sino que han sido fundamentales para que el ya fallecido Jong IL lograse mantener en vilo a la comunidad internacional. Estoy seguro no será la excepción con Jong-Un.

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