El pasado 6 de febrero la Comisión de Elección en Myanmar aprobó oficialmente la candidatura de la líder Aung San Suu Kyi como Candidata opositora para las próximas elecciones de abril del 2012. Este importante paso en materia política hace que lleguen los primeros vientos de cambios en un país que tanto lo necesita.
Datos históricos. Myanmar está gobernado por una Junta militar desde 1962 y desde 1990 no celebraban elecciones parlamentarias, debido a que la actual Junta militar del SPDC perdió de manera abrumadora ante la Liga Nacional para la Democracia. El régimen ignoró los resultados de esa contiendan política, continuó su tiranía y arrestó a líderes opositores, entre estos a la Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, de 1991, quien precisamente ganó las elecciones en 1990 pero que los militares no reconocieron, evitando de esta forma la renuncia al poder. Aung San de 65 años de edad, permaneció bajo arresto domiciliario hasta hace poco más de un año. Decía en aquel momento Aung San ““Hay un momento para estar en silencio y un momento para hablar. La gente debe trabajar en unidad. Sólo entonces podremos alcanzar nuestra meta”.
Tiempo de Aung San. Parece que ha llegado el momento justo de Aung San, quien ha esperado por años poder liderar el camino del cambio de Myanmar. Sus seguidores han puesto alma, vida y corazón para lograr que la líder, de más de 66 años de edad y Premio Nobel de la Paz en 1991, pueda consolidar un mejor futuro para el país y darle al pueblo la libertad que tanto necesita.
Aung San ha apostado en su discurso al mejoramiento social como meta fundamental para lograr en el futuro, en caso de ser elegida como nueva Presidenta, un desarrollo más integral y que asegure a las nuevas generaciones un país diferente y con nuevas oportunidades.
La Comunidad Internacional. Alrededor del mundo un grupo importante de países, especialmente aquellos más relacionados con Asia, han visto este paso fundamental para el inicio de un Sistema Democrático en Myanmar. Esta situación ha puesto en una nueva perspectiva a la comunidad internacional, que continuamente ha dirigido fuertes discursos en contra de la Junta Militar que gobierna Myanmar, precisamente para lograr el cambio tan esperado en materia política y social.
Finalmente, es definitivo que sobre Aung San están sembradas todas las esperanzas para poder llevar un importante cambio en materia política, económica y social en Myanmar. Es evidente de las buenas intensiones y las estrategias que San tiene sobre el qué y el cómo alcanzar las mejoraras que el país tanto necesita sin embargo hay escenarios que considerar antes de echar andar los planes. Por ejemplo:
· Primer escenario: una posible derrota de la actual Junta Militar podría afectar los comicios electorales y podría desembocar, debido a la inmadurez democrática que prevalece en el país, en disturbios y en la no validación de los resultados electorales lo que socavaría el sistema existente, ya de por si altamente debilitado (algo similar a lo sucedido en 1990).
· Segundo Escenario: todo lo hecho hasta el momento por la Junta Militar podría ser un proceso “disfrazado”. Algunos elementos se pueden destacar, por ejemplo, la liberalización de Aung San, posteriormente permitir su postulación oficial, y la realización de su campaña por todo el país ha generado esperanzas de cambios importantes. Sin embargo, el proceso electoral de abril podría ser poco transparente y podría existir un triunfo arrollador de la Junta Militar, pero con un importante cambio, el cual esta vez ante los ojos de la comunidad internacional, el proceso se habría hecho de la forma correcta y más transparente posible, especialmente porque dejó abierta la participación de la principal líder contraria: Aung San.
· Tercer Escenario: que Aung San gane las elecciones y logre consolidar su Plan de Gobierno sobre el cual ha trabajado durante tantos años. Que la Junta Militar acepte su derrota y se ponga al servicio y/o disposición, en caso de ser requerido, del nuevo gobierno a cargo de Aun San.
En fin, muchos otros escenarios se pueden presentar, sin embargo, lo más importante es que los vientos de cambio se sienten en Myanmar y en toda Asia. Aung San tiene la oportunidad, considerando la claridad y la transparencia del proceso, el próximo mes de abril de llegar a ser la nueva líder que conduzca a Myanmar por el camino de la prosperidad política, económica y social.
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