martes, 19 de julio de 2011

De la Economía del Músculo a la Economía del Conocimiento

Leí con gran detenimiento hace ya algunas semanas atrás el espacio de Economía, Diario La Nación, específicamente la nota sobre la importancia de sectores como el industrial y el de servicios, así como, la desinversión en el sector agrícola. Algunas situaciones centrales que considerar bajo ese contexto:  

·         Primero, la velocidad con la que muchas empresas del sector servicios e industria (especialmente médica) se desarrollan en el país. Es indudable que la generación de empleos muy tecnificados alrededor de estas empresas es realmente importante.
·         Segundo, hay un cambio importante en el patrón productivo costarricense. El acelerado paso de la economía hacia sectores productivos más competitivos y de productos de mayor valor agregado se ha dado con mucha mayor fuerza en los últimos años.
·         Tercero, estamos pasando de la “Economía del Músculo”, de la cual hemos dependido durante mucho tiempo, hacia una Economía del Conocimiento, donde se presentan actividades más técnicas, científicas, de mayores espacios para la investigación, innovación y desarrollo.

Viendo las diferencias entre los sectores de mayor tecnificación (servicios e industria) y la desinversión en el sector agrícola, la situación es más que preocupante. La actividad agrícola en el país está arraigada a zonas rurales y estas a su vez, encierran muchísimos problemas socioeconómicos. La concentración de actividades de mayor valor agregado, especialmente servicios y alta tecnología se ubican en las zonas centrales del país.

El tema de la ubicación de las actividades o bien, el cambio hacia nuevos patrones productivos no es en sí el problema trascendental de todo este reacomodamiento en la economía nacional, eso es normal en un mundo cambiante, especialmente en las últimas décadas bajo el proceso global en el que estamos inmersos.

La preocupación esencial en este caso, se centra en el proceso de inversión y desinversión, un proceso que podría estar poco planificado y  que podría repercutir en el buen desarrollo de los sectores económicos del país. Yo veo algunos aspectos importantes que considerar. Primero, qué se hace de forma efectiva para incentivar las nuevas actividades en el campo de los servicios y la alta tecnología. Segundo, qué se hace de manera efectiva para reducir el impacto de la desinversión en sectores como el agrícola, el cual es muy importante en el ámbito social y la seguridad alimentaria.

Ejemplos. Para mostrar la situación presento dos ejemplos muy generales. 1). Zonas Francas y las Empresas de servicios, alta tecnología e Innovación. En el Sudeste de Asia, esas formas de atraer inversión han ido pasando a la historia, especialmente porque generaban empleo pero no un impacto real a la economía interna. Los asiáticos conocían de esto y entendieron la importancia de la generación del empleo, pero también de forjar una integración real a la economía nacional de ese sector productivo, especialmente  a través de encadenamientos productivos. Ese patrón de inversión en países como Singapur, Malasia, Indonesia, Tailandia, o Vietnam, han cambiado su estructura, de tal forma al día de hoy existe una mayor integración de Empresas Extranjeras a la economía Local y una importante inserción de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas en las Cadenas Globales de Producción.  Ejemplos como la producción de “Hard Disk Driver” provenientes de Singapur (cerca de un 70% del total mundial), hablan por sí mismo de lo hecho en ese campo económico.

El segundo ejemplo, es el relacionado al sector agrícola. En el caso costarricense y del resto de países de Centroamérica, el sector agrícola ha sido el más golpeado y menos favorecido en este reacomodo económico. Contrario a lo sucedido en sus primeras etapas de desarrollo en países como Estados Unidos, o bien, muchos otros de Europa, los cuales lograron desarrollar sus industrias de alta tecnología sin la debacle de otros sectores, especialmente el agrícola por razones de seguridad social y alimentaria. En Costa Rica y el resto de Centroamérica, ha sido contrario. 

Finalmente, dejo acá algunas líneas en las cuales se debe trabajar con urgencia.

·         Un marco institucional claro y de largo plazo que contribuya de manera paulatina a generar el cambio. Que contribuya a establecer un camino bien marcado y fortalecido, tanto de lo nuevo que estamos tratando de hacer, así como de lo viejo que estamos dejando de hacer. Las fuerzas del mercado por si solas no conducen hacia mejores resultados, esas fuerzas deben ser bien canalizadas y pensadas en dar a futuro los mejores resultados posibles en el plano económico, comercial y social.  
·         El cambio debe darse pero con sentido. Por ejemplo, se debe invertir en el sector servicios y de industria de alta tecnología (como ejemplo de la nueva ECONOMÍA DEL CONOCIMIENTO), pero también se debe mejorar el sector agrícola (como ejemplo de la ECONOMÍA DEL MÚSCULO), especialmente por un tema de alto impacto social y de seguridad alimentaria.
·         Debemos buscar rápidamente encadenamientos productivos con las empresas extranjeras en el campo de los servicios, la innovación y alta tecnología, eso contribuiría enormemente a:

o   Esparcir el conocimiento
o   Integrarse a las redes de producción global
o   Generación de ingresos reales a la economía
o   Generación de empleos dentro de la empresa y también beneficios para otras empresas locales como las Micro, Pequeñas y Medinas Empresas.
o   En el campo agrícola se debe trabajar no en su desaparición, sino en fortalecerlo, tecnificarlo, capacitarlo, mejorar el recurso humano y darle herramientas para que compita en un mundo global altamente competitivo.

Hemos fallado y en mucho. No deja de preocupar el hecho (aunque muchos argumente que lo hecho hasta ahora sea lo correcto), de que la economía esté en un reacomodo (diría normal) y los patrones productivos estén cambiando. Pero esa preocupación podría ser reducida si el Gobierno tuviese “ESTRATEGIAS INTEGRALES Y DE LARGO PLAZO” que contribuyan a limpiar el panorama futuro en situaciones de tanto impacto como las planteadas en este documento. 

Así que, podríamos tener Economía del Conocimiento que contribuya al mejoramiento de la ciencia, la tecnología y la innovación; pero también una Economía del Músculo, más tecnificada y mejor estructurada que trabaje la tierra y produzca alimentos.
  
Vinicio Sandi Meza
Académico – Investigador
Sudeste de Asia

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