domingo, 31 de octubre de 2010

Recuperación Económica de Asia: Tipo de Cambio y Economía Institucional

En una Conferencia dictada por el Prof. Dennis Encarnation sobre “Economía Mundial y Asia”, uno de los principales argumentos que utilizó para explicar el porqué las economías asiáticas habían soportado (y algunas recuperado)  la crisis económica y financiera se debía al manejo del tipo de cambio, principalmente de China. Es esto posible?
El Dr. Encarnation explicaba razones sencillas y muy conocidas en el mundo económico y comercial, por ejemplo, en el caso del yuan en China, al mantener la intervención del precio con respecto al dólar, los productos chinos se vuelven más baratos a escala mundial,  mayor competitividad, reduciendo el espacio en el mercado mundial de productos similares producidos a mayores costos en otras regiones del mundo.  Todo lo antes mencionado, un tema de mucha discusión en la reunión del los encargados del sector financiero del G-20 en Korea del Sur hace tres semanas atrás.
Muchos otros ejemplos, como el otorgamiento de créditos, políticas de inversión y otras podrían mencionarse, sin embargo, es evidente que el tema cambiario ha jugado un papel fundamental en la recuperación de la región y sobre todo de China, una economía mucho más saludable que el promedio de las economías en transición y con alto impacto a escala mundial. A esta línea del Dr. Encarnation, (ya de por sí, un arreglo institucional, el mantener la intervención el tipo de cambio) yo le agregaría otros temas institucionales.
En la región del Sudeste de Asia (mi experiencia), el aparato institucional ha jugado un papel fundamental en la activación económica, sobre todo después de la crisis regional en 1998. Antes de la crisis, la rigidez de políticas, poca apertura para la inversión, intervención estatal, altos índices de corrupción y poca estabilidad política, además de un sistema financiero y económico poco fiable, hacían de la región el espacio más propicio para el inicio de una fuerte debacle económica y financiera.
Los Ricos eran pobres a la mañana siguiente” señalaba un diario Tailandés   la mañana siguiente a la caída del Baht y el inicio de la crisis económica y financiera de la región en 1998. Después de la crisis, la visión fue otra. La reducción de la corrupción, sistemas políticos y económicos mucho más transparentes, mayor estabilidad económica fueron creando bases sólidas para lo que hoy representan en su mayoría las economías de esta región.
Lo anterior sumado a una importante red de políticas, programas, leyes, reglas que han dado excelentes herramientas para la implementación de mejoras sociales, políticas, económicas, ambientales y hasta culturales (que en esta región se vuelven centrales).  La inversión se hace no solo para mejorar el ambiente económico y la atracción de inversión foránea, sino se trabaja  de forma integral con todos los sectores productivos.
Lo anterior, unido a otros elementos claves (que mencionaré en otros documentos) en esta región, me llevan a pensar que además del sistema cambiario, el tema institucional juega un rol central. La reducción de la incertidumbre para la inversión, el apoyo en mejora educativa para enfrentar los restos del proceso global e insertarse al nuevo conocimiento, el gran apoyo monetario y técnico al sector empresarial (principalmente de las pequeñas y medianas empresas) para generar capacidades técnicas, mejoramiento de recurso humano e integración a los mercados externos, mejora de infraestructura vial, puertos y aeropuertos de alta calidad a escala mundial y otros. Estas y otras condiciones hacen de la región un espacio de mucha atención y de reiterados análisis para lograr entender la forma en la que estas economías han evolucionado tan rápidamente en comparación con otras regiones a nivel mundial.
Posteriormente estaré introduciendo estos y otros tema de manera específica y en relación a la región del Sudeste de Asia.